Un “interview” a mi esposo
Frecuentemente mi esposo y yo, nos sentamos en la marquesina de la casa, y con café en mano, hablamos de todo, somos los mejores “panas”. Y cubrimos muchos temas del diario vivir, temas que tienen que ver con el matrimonio particularmente, oramos juntos, en fín, siempre estamos “cotorreandonos”.
Uno de esos días, de “terapia de marquesina”, como le llamamos, lo estaba bromenado y le dije; gracias a Dios que me encontraste através de la red social, porque hubieses sido un infelíz si yo no hubiese llegado a tu rescate. Yo me reí a carcajadas y el me miraba con unos ojitos como diciendome; “que fresca eres, oh, por favorRR”. Mira tu cara, le dije yo aún a carcajadas, y se unió a mi risería.
Y es que, el hombre soltero, que no se ha casado aun (lo mismo para la mujer soltera), aunque lo quieran pintar como la cosa mas maravillosa del mundo, podrá serlo por un periodo de tiempo, pero no lo continúa siendo al cabo del tiempo.
En realidad la vida suele ser algo dura para ellos, los solteros. Hay estadisticas que confirman (más para el hombre que para la mujer) que el hombre que vive solo, que no está casado se sume muchas veces en problemas de alcoholismo, uso de drogas o hasta en conductas criminales. El hombre que no está casado y vive solo no le importa como conduce su auto, sus cuentas financieras suelen ser un desastre y su apariencia personal se descuida de vez en vez. ¿Qué soltero no se ha tirado a la cama sin bañarse luego de un largo día?
Dentro de todo lo que se espera de un hombre que no está casado, existe el riesgo de formar parte de comportamientos de riesgo y antisociales. Sin embargo esto suele cambiar cuando se enamora y eventualmente se casa.
Y esto es el caso también de los que no tan jovenes se han tenido que divorciar, vuelven a ser parte de esa manada de hombres solteros y pierden perspectivas que los conducen a volverse a comportar del modo que solían hacerlo antes, y muchas veces hasta peor, porque ya estan algo “dañados” con su mala experiencia y su visión del trato hacia una mujer, pero éste es otro tema que abordar, para luego. Mejor vamos a que pasa cuando se enamoran.
Ay, el amor, el amor. Que divino cuando se enamoran y se casan, todo cambia, el hombre comienza a importarle todo, protege y apoya a su esposa. Comienza a ser parte de un orden social y se une a las expectativas sociales.
El estar casado tiene sus beneficios:
El hombre cuando se enamora y se casa comienza a dar unos cambios que le hacen bien al edificarse y al poder aportar lo mejor de si mismo. Comienza a dejar atrás ese egoismo, de “yo soy primero, solo yo importo, mis sentimientos son los que van primero, mis deseos, mis satisfacciones, y lo que quiero para mí.” Y aunque en muchos casos, esto suele ser una de las primeras guerras conflictivas consigo mismo, al transcurso del tiempo, y si es inteligente y positivo, sabrá balancear la vida que ahora comparte con su esposa. Del típico “esto es mio”, ahora en algo maravilloso; “esto es nuestro.”
Practica sexual:
Hablando de "nuestro", también en la vida sexual, al estar casado tiene sus grandes beneficios. Ya no tiene que estar en “fiestas solitarias”, o con “amiguitas”, o con mujeres que ni siquiera amaba, o le interesaba establecer una relación sólida. Ya no está a riesgo de contagiarse con una enfermedad venerea, o un embarazo no deseado, o planificado, porque ahora goza de esa intimidad de entregas exclusivas y sin preocupaciones de ninguna indole, que solo se da en el vínculo matrimonial.
Estando casado el hombre canaliza sus deseos, fantasías e impulsos sexuales con su esposa. En el matrimonio, todo se vale, y más si han dialogado sobre todos sus intereses sexuales. En la intimidad con su esposa el hombre puede re-descubrir o descubrir sus capacidades sexuales, eróticas, sensuales y románticas. Y en muchas ocasiones despertar grandes pasiones que son imposibles de sentir con una mujer que no te llena, pero si con la esposa a quien amas.
El poder lograr llenarse como individuo, como ser humano, en la intimidad sexual con su esposa, ayuda a incrementar otras grandes e importantes satisfacciones.
Ahora comienza a desarrollar un sentido de orgullo de lo que posee, de su hogar, de su familia y de lo que va construyendo junto a su esposa. Descubriendo así, el porqué, en terminos generales, el hombre casado está más felíz, más saludable, y vive más años que sus antiguos colegas solteros.
Y es que Dios sabía lo que estaba haciendo cuando diseñó la institución del matrimonio. Sólo, y vuelvo y repito, un hombre inteligente podrá reconocer éste extraordinario diseño de vida, acatará todo lo que esto conlleva, le dará la prioridad y reconocera el valor que el matrimonio merece y de forma amorosa cultivará su relación con su esposa.
Dios tiene un plan maravilloso tanto para solteros como para casados. Sin embargo, me atrevo a decir, que si fuiste diseñado para ser soltero, tenlo por seguro, que jamás te sentirás solo/a. Dios sabe lo que hace. Y de no ser así, es porque el matrimonio que El tiene para tí, está a la vuelta de la esquina, mientras tanto edificate y preparate.
Tanto la soltería como el matrimonio son para llevarlos siempre resaltando la dignidad de uno como individuo, como ser humano.
Y que Dios nos ayude.
Ahora los dejo con la entrevista que le hice a mi amado esposo, Rene.
Amor. ¿Tú sientes que has cambiado después de casarnos?
“Si”. Luego de contestar sin titubear afirmativamente se sonrió. Yo, pues que no cabía en el lucimiento de felicidad al ver el brillo de sus ojos, me sonreí también. Y es que ya me imaginaba lo que el pensaba, “me tiré con to’ y tenis”. Y continuó; “Tengo más sociego y más tranquilidad en mi vida”.
¿Qué te hace sentir sociego y tranquilidad, bebé?
“Honestamente... Dios. Y es que dentro de nuestro matrimonio he tenido una sensación de tener a Dios bién presente en mi vida. Yo siento Su presencia en mi matrimonio, en mi hogar, realmente, en todo”.
Cosita. ¿En qué más tú crees que has cambiado?
“En la medida en que he vuelto a tener confianza en mí mismo. Me ha vuelto la seguridad. Dentro de nuestro matrimonio me siento completamente tranquilo”.
¿Qué te hace sentir esa seguridad matrimonial, mi vida?
“Saber que Dios tiene un plan, no importando las vueltas que uno de en la vida. Y éste matrimonio es parte de Su plan”.
Y aquí la pregunta clave a la cual yo quería llegar.
¿Alguna vez has extrañado ser soltero, bomboncito?
“No. No nací para ser soltero”.
Cariño. ¿Cómo ha sido el haberte casado conmigo de beneficio a tu vida?
“Extraño”. Y sonrió, me encanta ver sonreir a mi esposo, lo hace lucir tan bello, tan joven, tan amado. Y continuó; “Es que te casas con una persona que te re-encuentras, luego de 28 años. La encuentro por una red social justo en ese momento de mi vida donde estaba volviendome a reconectar con un mundo de amigos y conocidos que había dejado al olvido y que no fue hasta después de divorciarme que reconocí que era saludable entablar con nuevas y viejas amistades.
Te envié una “solicitud de amistad” al igual que lo había hecho con otras personasá. La conección fue a raíz de que teníamos en común que nos habíamos graduado de la misma escuela superior, Ponce High School. Tú no usabas tu nombre verdadero, lo que me hizo algo difícil saber quién eras hasta que comenzé a ver tus fotos y suspieré... es ella, es la misma sonrisa, los mismos ojos, su “dimple” en la mejilla derecha.
Un buén día dialogando, y recordando los tiempos juveniles de escuela me aseguraste lo que yo ya me imaginaba, nos dimos cuenta que nuestra conección era de antes de la escuela superior, era desde la intermedia.
Que mucho nos reimos al recordar anecdotas en la clase de teatro. Fue justo ahí que tu me recordaste, porque antes de eso, nada de nada. Por tu parte, ni me habías recordado en todo éste tiempo, mientras que yo...
Aun recordaba aquella muchacha bien linda, delicada, juiciosa, bién portada, y super simpática. Me acuerdo que me gustabas pero nunca te dije nada. Recuerdo que tu mirada me cautivaba, y es una de las tantas cosas que aún me encantan de tí. Y me acordé además, que nunca me atreví a decirte nada y el resto ya lo sabes.
(Ver historia de nuestro noviazgo en:
No pasó mucho tiempo para comenzar nuestro noviazgo, creo que comenzamos esa etapa, justo desde el momento que le diste “acepto” a la solicitud de amistad de la red social que teníamos en común. (Se comenzó a reir justo aquí.)
A la verdad que nuestro noviazgo fue RADICAL. (Aquí enfatizó). Tú fuiste a el grano de quien eras, algo de tu trayectoria y qué querías para tu vida. Tu manera de ser me dio la confianza de sentirme seguro y así pusimos todas las “cartas sobre la mesa”. De ahí partieron todas nuestras expectativas de modo claro y honesto, de lo que queríamos para un futuro matrimonio. Y pues, al parecer, nos veníamos sintiendo preparados para dar ese paso, el del matrimonio.
Me acuerdo que una de tus preguntas, porque mira que me cuestionabas mejor que un fiscal a un acusado criminal, pero esta pregunta en particular, me abrió todos mis sentidos, la pregunta me llegó a el alma.
Aún escucho tu voz preguntarme algo tan sencillo pero a su vez tan poderoso; “¿Cómo está tu relación con Dios? Me acuerdo que fue tan impactante que hice silencio, tu también estabas en silencio, esa caracteristica tuya de saber escuchar el tiempo que sea necesario. Justo ahí, y con tu pregunta, sentí y sabía que había entrado en un plan que Dios tenía para mí. Me acuerdo que muchas noches oré que me hiciera llegar una buena mujer para que la convirtiera en mi esposa y que yo fuera capaz de indentificar, la que El quería para mí de entre todas las que quisieran estar conmigo solo por estar.
Fue como si Su voz me hubiese hablado, pero no lo puedo explicar, porque no era algo que escuchaban mis oidos, increiblemente, era algo que hablaba directo a mi corazón, y mi corazón como si tuviera oidos. Tu pregunta fue sencilla ¿Cómo estaba mi relación con Dios? Sin embargo entendí en ese momento que El te había elegido para mí”.
Aclaro, que nuestro noviazgo fue tan corto como un relámpago, y es que no podíamos estar esperando para disfrutar una felicidad plena enviada por Dios”. Se detuvo.
Esto de noviazgos cortos no se lo recomendamos a jovencitos, lo mejor es vivir muchas experiencias juntos y crecer en conocimientos antes de dar el paso maravillosos del matrimonio, y formar familia. Nosotros, ya ha nuestra edad, teníamos un mundo de experiencias y un Capitan de vida, Dios. Y aun así, sabemos y entendemos que hay mucho que aprender día a día. Entre más te prepares mejores cosas darás y recibirás.
Continuemos con esta larga respuesta meditatoria de mi esposo: “Esto de habernos casado, y todos esto beneficios que han llegado a mi vida, no deja de ser algo extraño, pero un extraño bueno. En aquel momento era algo que me llenaba en mi interior, el saber que serías parte de mi vida como mi esposa, la esposa que siempre desee tener. Y así lo hicímos.
Casarme contigo ha cambiado mi vida en tantos aspectos y he, y me has cambiado para bién. Contigo me siento bién conmigo mismo. Cada día quiero ser mejor, y aprendí a ser mejor para mí y así poder ser mejor para tí y por tí. Definitivamente que haberme casado contigo me ha cambiado mi vida, para siempre. Y eso me llena y me hace felíz”.
En este momento me tuve que levantar de mi asiento a besar a mi esposo con gran emoción y estando segura que tenemos un factor común; Dios.
Chulin. ¿Cómo yo puedo ayudarte a sentir más felicidad en nuestro matrimonio y orgullo en nuestra familia?
“Sigue siendo comprensiva, leal... sigue siendo así, tal y como eres”.
Y por último, una pregunta con un reto mayor, es que realmente estabamos inspirados en esta noche.
Amor mio. ¿Si le fueras a hacer una oración a Dios; pongamoslo así; La Oración del Esposo por Rene, como sería esa oración?
Y me miró fijamente, y es que nos comunicamos con nuestras miradas, en muchas ocasiones. En el modo en que él me miró, y yo lo miré, sabíamos que venía el momento de orar y dar gracias por ese momentito que sacabamos como matrimonio para edificarnos en compañia de Dios Padre, Hijo y Espiritu Santo, en compañia de nuestro compadre y compinche de nuestro amor, Jesus Cristo, en nuestra “terapia de marquesina”. Y esta fue la oración que nos declamó mí esposo:
“Señor bendice mi matrimonio, mi hogar, mi familia, mis hijos, nuestra relación, bendice a mi esposa. Dame salud para poder cumplir con mis responsabilidades. Danos salud, paz y armonía.
Que siempre nos comuniquemos con efectividad, amor y respeto, como hasta ahora. Llenanos de felicidad. Que cuando los tiempos se pongan difíciles, nunca olvidemos que Tú nos uniste, has estado, estas y estarás presente en nuestro matrimonio.
Gracias Señor por éste matrimonio, por hacerme entender lo valioso que es, por Tus enseñanzas, y por Norma, mi esposa. Que nunca me falte la confianza en Tí, y de jamás olvidar, que éste es Tú plan. Amén”.
Y así concluyó mi entrevista a Rene.
Definitivamente, que soy dichosa, somos bendecidos. Esta fue una noche en la que nos llenamos, nos fortalecimos y le damos la Gloria a Dios por todo lo que somos. Que siempre se cumplan Sus propósitos en nosotros.
Esperamos que lo hallan disfrutado del mismo modo que nosotros.
Rene y Norma
Eclesiastés 4:10 Si caen, el uno levanta a el otro.
¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante!