Mujer, antes de amar a los demás, a otro ser en particular, amate a tí misma.
Antes de estar dispuesta a darle todo, llenate tú, primero. Porque no puedes dar lo que no tienes. Y no puedes dar hasta quedarte vacía.
Antes de interesarte en otro ser, interesate en tí misma. Porque no puedes dar sin recibir, no creas el cuento de que las mujeres no debemos ser interesadas. Interesate siempre en tu bién estar, en ser mucho mejor, aún cuando estés con alquien. Y que ese alguien te aporte, más no te quite.
Cuando, te edificas intelectual, física y espiritualmente, te defines, te completas, identificas tus potenciales, tus debilidades, tus sueños, tus metas. Y te conviertes en un ser capacitado para vivír por tí misma, sin la dependencia de nadie.
Independientemente, puedes enfrentar los retos de la vida. Cuando te creces, te respetas y te amas a tí misma, nadie te puede hacer pedazos. Sabes andar por tus propios paso, piensas, razonas, tomas decisiones sabias y eres.
Sé libre siempre. Y hablo de la libertad de ser, en honestidad y capacidades, más no en el libertinaje de hacer lo que te de la gana, llevandote enrredado todo a tu paso. Hablo de la libertad que te dio Dios, esa que no se doblega, esa que te hace sentir, reír, llorar, ser útil, te da cordura y te da mobilidad hacia caminos de positivismo. La libertad para amar, dar, perdonar, agradecer y seguir adelante, agarrada de la mano de quien quiere compartir tu vida, o sola.
Si en algun momento de tu vida, por medio del engaño, alguien decide que te quiere cambiar, por que en su cobardía se sienta amedentrado, no lo permitas. Respeta el tiempo en el que te edificaste ante todo, porque el que ama a un ser, no lo pretende cambiar, porque eso significa que fue todo una mentira.
Como se puede amar a alguien y luego decirle que no le gusta del modo que es, no hace sentido. Solo tú te puedes cambiar, pero no dando pasos en falsos, o apresuradamente, o dando marcha atrás, los pasos son siempre hacia adelante. Solo tú te puedes cambiar, superando siempre lo que eras antes.
Tú tíenes que ser tu mejor aliado, tú que te conoces, tú que sabes tu historia, tú, la única que sabe exactamente cómo sientes, no lo pongas en negociación, porque negociar la vida y los sueños a cambio de nada, no vale la pena, no tiene sentido, no se hace, y punto.
Amate y ama intensamente y nunca te arrepientas de hacerlo. Pero ámate lo suficiente para jamás permitir que nadie te quebrante, te haga ver de tí misma, una imagen, o una idea, que sabes muy bien no eres, no te va, no lo consientes, no lo crees, no lo aceptas.
Se firme en tus ideales, en los planes de tu vida, en tus sueños, y se clara al compartirlos, no engañes a nadie, y el que te acepta así, síguelo. El que no acepta, o cambia de padecer con el tiempo, ponlo en revisión, analísalo, y si es necesario, despídelo.
Porque es muy cierto que “es mejor estar sola que mal acompañada” como tan cierto que tus sueños no los pueden soñar otros, ni nadie, jamás, podrá poner más empeño que tú, para realizarlos.
Amate, que una mujer así, no hay muchas. Una mujer así, que sacó su tiempo para explotar su potencial y disfrutarlo antes de regalarlo, y peor aún, desperdiciarlo; no hay muchas. Una mujer así, que se da por completo, porque ella, en sí misma, está completa, no hay muchas.
Valorate y nunca olvides que tú, eres Una Mujer Así.
Nota: Amate lo suficiente como para nunca compartirte entre dos amores y para que nunca seas la segunda opción de nadie.
Nota: Amate lo suficiente como para nunca compartirte entre dos amores y para que nunca seas la segunda opción de nadie.
Por Bori