domingo, 26 de octubre de 2014

La Sombra Negra


Cuentame una historia de miedo:



No tenia deseos de nada, me molestaba mi garganta, y tenia una ronquera, que casi ni se me entendia al hablar. Ya entrada la noche me di un baño y me acomode a ver la tele, preferi quedarme en casa y no forzar mi voz, asi me recuperaria mas rapido.

Mientras miraba la tele, o esta me miraba a mi, toda acurrucada en el sofa, escucho que alguien me llama. Me siento, me incorporo, me pongo las chancletas y camino hacia la ventana. Afuera estaba, Stewey mi amigo.  Abro la puerta y le pregunto, “¿que quieres?”, con mi voz ronca, y el se me queda mirando y me pregunta; “¿Que rayos te paso, chupaste limber de gas?”  Solo le pude mimicar la palabra mamao, porque me dolia mucho la garganta.

Lo invite a pasar, era mi pana de confianza y de hangeo, que al igual que yo estaba medio aburrido esa noche de viernes, y en vez de ponerse a ver television en la casa, le dio con llegar a la mia, y sin avisar antes.

Se sento a mi lado en el sofa, y nos pusimos a mirar la tele, pero entablamos una conversacion donde yo hacia todo lo que podia con señas. Y el me pregunta; “¿De verdad que estas tan mal? Y pense otra vez en la palabra con m. 

Le dije que si, con ojitos tristes, y me dijo; “oye, mami preparo un jugo de china natural y lo tiene en la nevera bien frio y le quedo bien rico. Si quieres vamos a casa y te tomas un buen vaso para que te sanes”. 

Me fui a mi habitacion y me cambie de pijamas a jeans, t-shirt de ( https://www.facebook.com/pages/Planetas-T-Shirts-Club-by-Bori/350279008482985?ref=hl ) y zaptatillas deportivas. Y caminamos hasta su casa una cuadra de la mia. Al llegar, note que su madre no estaba en la casa por lo cual le di mis condiciones. Le dije, “me haces el favor y abres la puerta de la sala, porque tu sabes como es la gente, que se ponen a hablar escreta de una, abrelo todo para que vean bien, si no no entro”. Stewey abrio puertas y ventanas, y entonces entre.

Me sente en la silla de la sala que daba justo a la puerta abierta. El se fue a la cocina, de frente, en mi norte, que estaba junto a a la sala y que la dividia un mostrador. A la extrema derecha estaban las habitaciones, las puertas estaban abiertas, y en oscuridad. 

Stewey llega con un vaso de cristal gigante, con el liquido anaranjado que prometia mejorar, no, sanar mi garganta. El se sienta en un mueble al cruzar mio, hacia donde esta el mostrador de la cocina, a mi norte, cara a cara.  Mientras tomaba mi sabroso jugo de china, me da con mirar hacia la la direccion donde estan las habitaciones.  Y noto que sale una sombra negra, desde la oscuridad de las habitaciones hacia la cocina, como “Don Juan por su casa.”. 

Me quede congelada, sentia que no me pasaba el jugo, por mi garganta. Yo estoy viendo una sombra negra, okay, yo, con estos ojos. Que ¿que? Como estaba incredula, yo no apartaba la mirada de la sombra. Y comenze a preguntarme si seria el reflejo de algun auto pasando, pero no pasaba ningun auto en ese momento. La sombra ya venia de regreso cuando se dio cuenta que yo la podia ver. No tenia forma, yo solo asumia lo que sentia, no tenia ojos pero yo sentia que me miraba.

Yo sentia que era la sombra de un hombre como de unos 20 años de edad, de estatura mediana y delgado. Bueno, pero sigo el relato de la sombra. La sombra, se asusto porque yo la estaba mirando. Al parecer se puso nervioso, y como titubiante, no sabia si salir corriendo hacia las habitaciones, o esconderse tras de la nevera. Y asi lo hizo, se escondio detras de la nevera y saco la parte superior, como si fuera la cabeza, y me miraba, como que se asustaba, y volvia y se escondia tras de la nevera. 

Yo no le quitaba los ojos a esa area de la cocina, cuando de momento la sombra sale “corriendo” hacia las habitaciones y se perdio en la oscuridad. Y digo corriendo porque eso parecia, pero mas bien la sombra fluia como si fuera de humo, sobre el piso.

Yo me despegue el vaso de la boca, solo me habia dado un sorbo de jugo. Puse el vaso sobre la mesa de la sala y le digo a Stewey, “vamonos ya!”.  Stewey me mira a la cara con gesto extrañado y me pregunta; “¿pero no te vas a terminar el jugo? A lo cual le dije no, mientras me paraba de la silla.  El me detiene por el brazo y me pregunta, “¿dime que te paso?”  “No me pasa nada”, le contestaba yo, “pero vamonos”, yo le insistia. El se me queda mirando, y me hace una pregunta, que fue la que me erizo los pelos de mi cuerpo y la que en realiad me aterro. “¿Que fue, que tu viste una sombra?” Cuando me dijo asi, le dije, “no mi’jo que va.”. Me fui. Y sali inmediatamente fuera de la casa.

El me grito, “no me dejes solo, dejame cerrar la casa.”. Yo le dije avanza, a lo cual el me dijo que tenia que lavar el vaso. “Mira so canto e’, mete el vaso o a la nevera o en el friegadero tienes diez segundos.”. Mientras terminaba de decirle esto, yo camine hacia la verja y comenze a abrir el porton.  Ya yo iba cuadra abajo y el me tuvo que alcanzar corriendo.  “Pero espera, nena, no te vallas dime que viste”. Me decia el con un poco de fatiga.

Le explique que me dio con mirar hacia las habitaciones y que justo de entre la oscuridad salio una sombra que parecia masculina y juvenil. Pero que lo que mas me llamo la atencion fue que la sombra se pudo dar cuenta que yo la podia ver y fue ella la mas que se asusto.  “Lo que en realidad me volo los sesos, fue que tu que estabas de espalda a la sombra, que no la habias visto, me preguntaras con algo de certeza, que si lo que yo vi era una sombra. ¿Como rayos sabes que era una sombra, tu la has visto antes, desde cuando?”. Le preguntaba yo a mil horas por horas.

Ya estabamos en casa, mientras yo abria el candado del porton, el candado de las rejas, y las tres cerraduras de la puerta. Entramos, y en vez de estar asustada, me sentia enojada por haber experimentado lo de la sombra, si me hubiese quedado acurrucada en mi sofa eso no me hubiese pasado.

Nos sentamos en el sofa otra vez, pero no antes de yo haber encendido todas las luces de mi casa. Le dije; “okay Stewey, ahora cuentame todo lo de esa sombra que ya tu conoces.”.

“Pues una noche, hacen ya meses, cuando luego de aquella noche que fuimos al cine, te acuerdas, pues al llegar; ya yo habia apagado la luz de la habitacion y estaba boca arriba, aun con los ojos abierto, y me quede mirando hacia el techo, cuando de repente noto que en la parte de afuera de la casa, en la ventana se asomaba esta... “

Me tuve que haber quedado dormida, mientras escuchaba la historia de la sombra, porque amaneci acurrucada con mi sabana en mi sofa, con la tele encendida, y todas las luces de mi casa.
BoriPlaneta

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