Escritos para la memoria
Adela Martinez Cruz
Hoy fui a despedirme de Adela, mi amiga. Me abrazé fuertemente a Gerardo, su hijo. Luego me fui aproximando a donde ya estaba descansando para siempre y mis lágrimas salian sin parar. Al arrodillarme para estar más cerca, lloré con profundo sentimiento. Le toqué sus cabellos grises los que un dia peiné, estaba tan hermosa. Le hablé en susurros, le di las gracias. Hoy lloré y me sobraban los motivos.
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La hija de Adela que llegó de EU al verme dijo con alegria y sonrisa, “Bori”, me abrazó. Me dijo que el tiempo en el que estuve en la vida de su mamá, la hice felíz y que me daba las gracias. Yo le dije, que fue Adela quien me lleno mi vida.
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Hoy vi llorar a mi amigo Gerardo con profundo sentimiento, mi compinche de escritos que salen no solo del intelecto pero del corazón. No tenía palabras para consolarlo y mientras me contaba, como partió Adela, su madre en su hogar, en medio de un cielo nublado con sol y lluvia al mismo tiempo, en la tarde del sabado, 25 de junio, en presencia también de su hermano Abel, y como él la movía, su cara, sus brazos, “mami, mami, no te vallas” dijo y se cubrió su rostro, sentado en una silla junto a mi, solo pude darle palmadas en su espalda.
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“Me arrepiento de no haber estado a su lado en su último suspiro. Yo estaba tan agobiado, habia hecho el mercado y otros asuntos y me fui a la sala a descansar un poco cuando mi hermano me llamó y me dijo que mami no se movia.” y diciendo esto se quebro su voz y el llanto asomaba. Solo le pude decir; Gerar, ambos descansaban en el lugar que les correspondía.
Se aproxima su hermana y nuevamente me da las gracias, volví a llorar, pero ella, con su linda sonrisa, continuaba diciendome que su madre fue muy felíz en esos dias que compartiamos juntos. Ella muy agradecida al igual que yo. Lloré, sonreí.
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Fui a darle el pésame a Abel, me dijo que era fuerte, nos abrazamos. Recordó los momentos cuando yo los visitaba. Nos quedamos en silencio. “Es fuerte” me dijo.
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Gerardo está junto a Adela, y me llama, cuando llego dijo algo que es nuevo para mi, mientras ponía su brazo en mi hombro. “Mami, aqui esta Bori, tú serás su ángel a partir de ahora y tú la has de acompañar a donde quiera que ella valla, no importa a donde, tú estarás con ella, porque por muchos años nos cuidaste, ahora la cuidarás a ella”. Me sonreí y le dije a Gerar que la tendré muy ocupada, me saqué una carcajada leve, Gerar sonrió.
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Aproveché el momento y le conté a Gerar que en la tarde del sábado, yo me quize ir a dormir una siesta aprovechando que tronaba y que me sospechaba que iba a caer fuerte lluvia. Me voy a mi cama, estoy soñolienta, me quedé dormida, luego de unos minutos despierto. Me quedo mirando el techo y me pregunto, y este silencio.
Voy a la cocina y preparo un café, salgo afuera, seguia nublado en la montaña se escuchaban truenos pero para mi lado derecho, en dirección, pensandolo ahora, de donde vivía Adela había sol.
Llega mi amigo Carlos y me pregunta que si puede dormir a lo cual le dije que no, porque me despertó un silencio. Comenzamos a hablar de cada tema como acostumbramos y no me acuerdo porque, pero sali hablando de Adela.
Más tarde, cuando leo la nota que puso Gerar, la cual me hizo llorar profundamente, ya que anunciaba que Adela se había ido. Aún no me habia percatado, hasta el domingo, que el cielo y el día en una misteriosa perfección anunciaban la partida de Adela en forma de un silencio que se dejó escuchar en todo mi ser. Hoy, se lo comparti a Gerar.
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Adela, sabes que dejé de frecuentarte porque me dediqué con el alma a cuidar a alguien que necesita tanto. Me hubiese gustado haber sacado más tiempo, sin embargo, de todo lo que he dado, no me arrepiento.
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Dios es tan bueno, que me regaló este momento para poder llorar y para decirme que las cosas que hago por los demás de corazón, sí, hacen una diferencia, porque nos edifica a todos. Saber que Adela no va a estar, me da mucha tristeza, pero de un modo que no se ni explicar, sentí su socegada y dulce presencia que me me abrasaba, me consolaba y me decía, todo esta bién. Quédate bién. Sonreí. Lloré.
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