Con el corazón en pedazos:
Ayer mi amigo Gerardo me dio la triste noticia de que su madre, Adela Martínez Cruz había partido de este mundo.
Si tuviera que decir esto con mis labios, no podría, porque el dolor me parte el alma. Hoy les confiezo que siento una tristeza aplastante. No puedo ni imaginar como se siente mi amigo Gerar y sus hermanos en este momento de dolor.
Una mujer ejemplar que me pidió un buen día, mientras yo la visitaba en un cuarto de hospital que fuera su amiga, y yo le dije, ¡por supuesto!
Aunque no compartimos tanto, como yo ahora deseo, hubiese sido, sentimiento típico de cuando alguien a quien aprecias mucho se te va; esta angelical mujer llenó mi vida de un modo que aunque un día se lo dije, se que no era suficiente para hacerlo entender a nadie, todo lo que ella era capaz de darme a mí.
¿Qué cómo doña Adela?
Tuvimos conversaciones históricas, pues ella me cuenta que fue estudiante de la Ponce High en tiempos en que E.U. quitó el español de las escuelas, y la educación era sólo en inglés; y me contaba aún, usando ese idioma, como era que se presentaba y saludaba el principal de la escuela de aquel entonces, un estadounidense.
Tuvimos conversaciones espirituales, Dios y el amor al prójimo.
Nuestros momentos de coqueteria, feminidad y conversaciones.
Tuvimos momentos graciosos; como ese día que le estaba dando un recorte de cabello, y le alborote su melena y la llame chica rockera, y ella se reía felizmente.
Nos identificamos tanto, yo sentía que yo era su voz, y me atrevo a decir que ella sentía que yo era ella misma en mis alborotadas ocurrencias y expresiones.
Tuvimos momentos de decoración de hogar: Cuando ella me enseña un bordado que tenía y le dije que no podía estar guardado y lo pusimos sobre un mostrador.
Tuvimos risas, abrazos, besos, momentos de quebrantos de salud, su cumpleaños, pero yo me he quedado con la mejor parte de un ser que se daba toda, y que nos amaba profundamente.
Oh, si, con manicure
El dia de sus 80 primaveras
Te fuiste con la suavidad de un momento del día sábado, 25 de junio de 2016, en que llovía mientras el sol brillaba, en la ciudad de Ponce, así de tierna y suave como lo eras tú, tu sonrisa y tu mirada.
Descanse en paz, de mi corazón no sale. Gracias Adela, por llenar completamente un espacio de mi vida, gracias amiga.
Tu Bori
Nota:
Nuestro más profundo sentido de pésame a toda la familia Berrios Martínes y Martínez Cruz.
La gente grande tiene tanto que dar, tienen tanta información y sabiduría. Para estar completo como ser humano, siempre tenemos que tener a una persona mayor, o a varias, o a muchas, como un amigo cercano. Tenemos que cuidarlos, protegerlos y hacerlos sentir que aún siguen siendo importantes, que aún tienen tanto para dar, porque es así; hacerlos sentir que son apreciados y amados.
Bori:
ResponderBorrarGracias por tan especial homenaje a mi madre, que en la foto capta la esencia angelical de mi madre, y en los recuerdos transmites lo que mejor define a lo humano y cristiano. Gracias por las palabras que son más que palabras y dan duz. Gracias por da sonrisa que dibujaste en mi madre como un sol. Bendecida siempre con todos.
Ojalá todos los hijos amaran a su mamá como usted. Su paz esta en su alma compartida por el agradecimiento de ella. Ella nunca se ira de su lado. Descanse en paz una buena madre.
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