Tan sencillo cuando del árbol caído hacemos leña, eso fue precisamente lo que pasó en Puerto Rico al paso del huracán María. Ya éramos lavadora del gobierno de Estados Unidos, quienes aprovecharon la oportunidad para convertirnos en un HUGE Laundromat rodeado de mucho océano.
Ha sido una oportunidad histórica para sacar más
dinero aun pretendiendo que nos ayudan, haciendo el truco de ilusionista
profesional, que ante el ojo, el necesitado jura en confianza que llegó su salvación,
sus súper héroes, pero sabemos que no fue así.
Ni aun siendo testigos de la agonía y la muerte
de nuestro Pueblo, aún están esos que dicen luego de 120 años de colonia, “¿que
seriamos sin los americanos?”
Yo no sé qué seriamos sin ellos, pero ya sabemos
lo que somos con ellos, pobres, desempleados, suicidas, depresivos,
hambrientos, sobrevivientes, moribundos, deambulantes, profesionales en otras
tierras, talentos, ciudadanos de otros países, fuerza trabajadora y aportadores
en otros continentes, la burla de EU, el hazme reír del Congreso y la humillación
de Wall Street, y una cifra de fallecidos que jamás sabremos con exactitud.
La ayuda y el “rescate” por parte de los
gobiernos fueron y se quedará para la historia por siempre un grandioso
fracaso, del tamaño de la profundidad del trench al norte de la isla.
Lo que nos mueve a seguir, es la valentía de
atrevernos a hacer lo que tengamos que hacer para levantar a nuestra
responsabilidad primordial, nuestra familia y a nuestra persona.
Dios tocó el corazón de muchas personas a través
del planeta, pero fueron los gobiernos los que con sus leyes absurdas y egoísmo
que enriquece a unos cuantos, no permitió que llegara a tiempo, que llegara a
todos la ayuda que nos habían enviado, la que tanto necesitábamos.
No hay nada que quede oculto bajo el sol, y
todo aquel que intencional y conscientemente hace mal a otros, le llegará su
tiempo de responder por sus hechos.
Puerto Rico quedó marcado para siempre, ya nada
será igual. Todos, de todas edades y clases sociales fueron afectados en diferentes
escalas.
Nuestro pueblo seguirá la lucha ardua, larga, dentro y fuera de la patria amada, algunos llevarán
una tristeza guardada muy adentro, otros un sabor amargo por los desprecios
ante un foro mundial, que nos hace más que vulnerables, impotentes ante tanta
trampa que no se vale. Todo ser humano es capaz de resistir, adaptarse y
levantarse, y los Boricuas, son una clase aparte, ya lo han estado haciendo.
Le ruego a Dios, que cada ser que fue afectado
pueda ver realizado los anhelos de su corazón.
Provocada por el programa de WAPA, Detrás de María,
historia de una cobertura y Sobreviviendo a María, el especial.
Hoy 9/17/18 a tres dias del primer aniversario.
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