Oh
si, mañana para el Boston Marathon, de calle.
Hoy;
y quién quiere ir para la calle con esta lluvia. Y es que desperté por el
insistente y violento sonido de la lluvia en el vidrio de las ventanas, solo me
sonreí, me acomodé la sábana, en realidad es un comforter como le decimos acá, un edredón pues, y bendije a los
campeones que correrían en el maratón, los colaboradores y a sus espectadores.
Me
dio como algo de contentura porque la lluvia se le había adelantado a mi hija
en su llamada matutina que religiosamente me hace cada día, no miré hora, solo
cerré mis ojos y cogí el sueño nuevamente, tan rico que es dormir con el sonido
de la lluvia, con temperatura fresca, ¿verdad?
No
sé cuantos minutos pasaron cuando, fuá, sale la música clásica Waltz of Flowers
que es el ring tone de la nena y ya
me paré, porque ella me llama con esta energía y positivismo y me habla por un
tubo y siete llaves, y entablamos temas mundiales de conversación, bien
importantes para el planeta, y de repente me dice; _“mami ya llegué al trabajo,
te amo, bye.”, y yo me quedo brincando porque su energía con la mía, me llevan
a nivel 500%.
Bueno,
pues me voy para el maratón de esta hermosa ciudad donde me encuentro hoy,
Boston, comencé a conversarme y procedí a la cocina para prepararme un suero
complementario a mi ánimo, y camino a la cafetera eléctrica, observo en la mesa
un libro; jah, “Más Humortivacion” de Silverio Perez, que adquirí el sábado en
su presentación, junto a Mikie Rivera en Arlington Street Church, bien cerquita
de aquí.
Me
tomo esta taza de café y me voy al maratón; pero luego, estoy a carcajada
limpia, las piernas encima de la otra silla del comedor, la lluvia esta leve,
se asomó un rayito de sol que duro uno segundos, todo es espectacularmente
gris, que rico me quedó el café, el sonido del tren ni lo escucho, puedo seguir
el maratón por la tele, eh y mi bolígrafo y mi libretita de apuntes, ¿que cómo?,
sí, yo tengo todas esas características de cada listado…
Wow,
son las 12 del mediodía, me voy a preparar un emparedado, bueno, un BLT, oh, y eso en la mesa que es, “Solo
Cuento con el Cuento que Te Cuento”… la tarde promete.
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